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El río Onsella |
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Poblaciones a sus orillas
Es la localidad donde nace río. Enclavado en el corazón de la sierra de Luzientes o de Santo Domingo, Longás, conserva un gran sabor medieval en su conjunto urbano, lleno de casonas solariegas de aspecto montañés. No en vano, ya en el año 938, en la documentación medieval del Monasterio de Leire (Navarra), se menciona por vez primera documentalmente el pueblo como "Longareç", posteriormente como Longares y Longars, dando lugar al actual nombre de Longás.
De economía basada en la ganadería y riqueza forestal, Longás conoció momentos de cierto desarrollo a finales del pasado siglo XIX, cuando se superan los seiscientos vecinos. La importancia de ambas labores ha pervivido en la memoria popular hasta nuestros días, por un lado las cabañeras reales que cruzan de norte a sur el término municipal, aún hoy en día usadas, y con relación a la madera, la gran explotación del bosque, para producir la pez, producto natural para marcar ganado, impermeabilizar botas de vino, botos de gaita, embarcaciones, etc.
Es la segunda localidad siguiendo el curso del río del cual toma su apellido.
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Habitantes: 65
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Altitud: 675 metros sobre el nivel del mar
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Temperatura media: 12,2º
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Extensión: 32,8 kms. cuadrados.
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Superficie forestal: 1.100 hectáreas
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Dista de Zaragoza: 143 kilómetros
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Gentilicio: loberano
Lobera -al parecer, también se alude a la existencia de lobos, y este es el apodo que reciben los vecinos- asienta su caserío sobre la margen izquierda del río Onsella. Casi todas sus casas son de piedra, de buena mampostería. Algunos portalones se ofrecen dovelados, con arco de medio punto, conservando sus antiguas puertas.
El lugar se llamo Lobera hasta 1910 y Lobera de Onsella a partir de 1916. Es villa desde 1785. Su primera mención, con el nombre de "Lupera", aparece en la "Documentación medieval de Leire", con fecha 14 de febrero de 938. Según Ubieto Arteta, en noviembre de 1086 constituyó la dote de la reina Felicia, mujer de Sancho Ramírez de Aragón. Por entonces se le menciona "Luperam".
Lobera contó con 3 ermitas, dedicadas, respectivamente a San Juan, San Marcos y San Miguel. Tan solo permanece en pie la primera, a la que se va de romería el 24 de Junio. Los actos comienzan a las doce de la noche del día 23. Se rompe el tronco de un roble, pasando a un niño herniado por el medio, a la vez que se dice por 3 veces "Tómalo, Juan; dámelo Pedro; herniado te lo doy; sano te lo devuelvo". Una vez restañado el corte del árbol, si no se seca curará el herniado.
Existen interesantes yacimientos arqueológicos, localizados en las partidas de Corral Mayayo, Corral Solano Bajo y Corral de Cardesa. Parte de los materiales allí encontrados están depositados en la "Colección Labayen Galván" y en el museo de Pamplona. Se trata de restos de talleres de sílex y de tallas, de difícil datación, pero pertenecientes al neolítico tardío y la Edad de Bronce.
Es la tercera localidad siguiendo el curso del río. Situada sobre un montículo, en el centro de la denominada Val d'Onsella y a la derecha del rió que históricamente ha dado vida a esta zona de las Cinco Villas. Limita por el norte con Pintano y Undués Pintano, por el sur con Petilla de Aragón (Navarra), por el este con Lobera D’ Onsella y por el oeste con Gordún, Urries y Navardún.En Isuerre se vive principalmente de la agricultura cerealista y de la reducida cabaña de ganado lanar que todavía pasta en los montes cercanos a esta localidad. Durante las décadas del desarrollismo, en los años 1960 y 1970, comenzó a perder población, como la mayor parte de los pueblos cincovilleses, y en esta situación se mantiene en la actualidad
Testimonios históricos: Lugar en 1785. Merinado de Ejea de los Caballeros (1295). Sobrecullida de Jaca (1488-1495). Vereda de Jaca (1646). Corregimiento de Cinco Villas (1711-1833). Ayuntamiento (1834). Partido judicial de Sos. Se incorpora (1965) al partido judicial de Ejea de los Caballeros. Primera mención: El año 928 se cita al "Presbiter Fortunio de Isorre" (Ubieto Arteta, Cartulario de San Juan de la Peña, nº 14)
Otros datos: El caserío de Isuerre conserva en buen estado sus edificios históricos, incluso, en los últimos tiempos se han restaurado algunas casas, que en la mayor parte de los casos suben dos o tres alturas, por término medio, y están construidas de mampostería, siendo la más destacada la ubicada al inicio de la calle la Dama, denominada Casa Puyal y antiguamente Casa Orcada, cuya fachada principal, que muestra algunos emblemas de oscuro significado, compone una portada adintelada, flanqueada por pilastras laterales y coronada por frontón triangular partido en el centro, datable quizá en el siglo XVII.
Es la cuarta localidad siguiendo el curso del río. Está asentado sobre leve y rocosa colina. De origen medieval, su caserío y trazado así lo delatan, goza del encanto propio de los pueblos de la zona. La abundancia de casonas solariegas, verdaderos palacios antañones, confiere al casco urbano destacado aspecto señorial. Sus calles empinadas y retorcidas, su construcción apretada y recogida delatan apremios pasados de otros tiempos, en que la defensa contra posibles enemigos era urgencia y necesidad. Fue fundado a finales del siglo IX por don Pedro Jordán de Urriés. El propio rey Pedro IV de Aragón ordeno, a su mayordomo y consejero real Pedro Jordán de Urriés, capitán de las huestes de Carlomagno a quien acompañó en su expedición a Zaragoza en el año 778.
De regreso para Francia, solicitó de su rey autorización para quedarse en España y así guerrear contra los sarracenos. Esto lo libró de sufrir los estragos de la batalla de Roncesvalles, en que los vascones infringieron severo castigo al emperador como represalia por haber destruido sus ejércitos la ciudad de Iruña (Pamplona) a su ingreso en España. El apellido Jordán que la familia antepuso al de Urriés fue impuesto por el conde del Rosellón a don Pedro Jordán de Urriés I, hijo de don Recaredo de Urriés, por haber vencido en duelo al difamador de la hija del conde, con quien contrajo matrimonio su defensor.”Jordán”, en recuerdo del río palestino. El fundador del pueblo de Urriés fue don Pedro Jordán de Urriés II, quien sucedió a su padre en el gobierno de la Casa en el año 885.
Es la quinta localidad siguiendo el curso del río. De nombre de pasado celta por el sufijo “dunum” (castillo, fortaleza), se llamaría Navaradunum, recibe este nombre por la etapa céltica venida de centroeuropa (belgas) en torno al año 600 A.C., estos asentamientos duraron hasta el 133 A.C., (destrucción de la ciudad de Numancia). Su presencia ya nos ha dejado cierta constancia a lo largo de los tiempos. Su historia, bastante rica y quizás poco conocida, se escribe ya con viejos asentamientos en la edad de bronce.
Su castillo, único existente, en toda la Bal d’Onsella, domina la población desde un espolón rocoso dándole aires de grandiosidad y de histórico pasado al entorno. Data del S.XIV o S.XV, aunque en 1198 se tiene la certeza histórica de que Navardún poseía ya castillo. En él, por lo investigado se sabe que debió ser más grande por los yacimientos encontrados alrededor, aunque el torreón de planta rectangular con ventanales góticos, como fortaleza impone. Se trata del más alto junto al de Biel de la comarca de las Cinco Villas y uno de los más altos de Aragón. Esta protegido bajo la declaración genérica del Decreto del 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Se tiene constancia que, entre las paredes del castillo habitó un legendario personaje histórico, Pedro Jiménez de Gazólaz, obispo de Pamplona.
La Iglesia parroquial llamada con anterioridad Santa María y ahora de Nuestra Señora de la Asunción, data según norma del S.XII, de estilo románico oscense, en cuyo interior se conservan como retablos importantes un Santo Cristo del S.XVI y otros del S.XVII; se encuentra en muy buen estado. En relación con esta se han encontrado documentos que dicen que en el 991, Sancho Abarca la dona al Monasterio de Leyre, y en 1181, el papa Inocencio III, confirma la donación.
Es última localidad siguiendo el curso río. La extensión de su término municipal es de 217 kilómetros cuadrados, y su población de 751 habitantes. En una elevación de la Sierra de la Peña se yergue la Villa de Sos del Rey Católico, declarada conjunto histórico artístico y bien de interés cultural.
Erigida sobre un cerro del que salen dos promontorios naturales, en los que se ubican el Castillo y el palacio de Sada, conserva sus características de atalaya fronteriza entre los reinos de Navarra y Aragón. Sus casas de piedra, aleros, portadas con dovelas y escudos, ventanas góticas y renacentistas, y con sus estrechas calles de antiguo empedrado son elementos que se funden para crear un armonioso monumento.
Casi todas entradas de la Villa conservan las antiguas puertas de la muralla. La principal es la llamada puerta de Zaragoza.
Ya en el interior, paseando por la calle Fernando el Católico, podemos admirar casas de piedra de sillería y mampostería, casas y palacios blasonados de los siglos XV y XVI, y sus características calles adoquinadas.
La intensa historia de Sos, nos ha dejado como legado uno de los conjuntos monumentales aragoneses más bellos y representativos. Es obligado aprovechar la oportunidad que ofrece la carretera que la circunvala por completo, para admirar la totalidad de la muralla, y las puertas con sus arcos que dan una nota pintoresca a las siete entradas con que cuenta el conjunto medieval.